Estaba apenas hace unos minutos buscando tema para mi cita semanal con ustedes, querido público, cuando una compañera de la redacción me ha hecho notar la cuenta de twitter de un tal “Joven Católico”. Si han hecho clic en el enlace anterior y han gastado un rato de sus vidas al mirarse los tuits, se habrán encontrado con una persona (o personaje) caracterizada por su interpretación literal de la Biblia y un modus vivendi muy marcado por el hecho religioso. Un fundamentalista de libro, para entendernos. Y me he acordado de la ley de Poe.
La red está llena de leyes que nos explican cómo funcionan las discusiones virtuales. La de Godwin es la más famosa, pero hay otros. Como la ley de Poe, que viene a decir que sin un smiley o cualquier otra muestra de humor no hay parodia del fundamentalismo que alguien, en algún momento, no se tome en serio. Es una broma el “Joven Católico”? Bien lo parece, dado el hiperbólico tono de sus mensajes. Realidad? Provocación? Un emoticono, por caridad cristiana.
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