Los 35 años de Intermèdia Comunicació me sitúan de forma simultánea en tres planos temporales que, de manera necesaria, se imbrican en el momento de tejer esta reflexión personal sobre la efeméride. Me valdré de una mirada retrospectiva para comenzar, ya que entiendo que es la que resulta más clarificadora en el momento de situar mi experiencia en el marco del actual proyecto de futuro que abraza la empresa.
Formo parte de Intermèdia desde noviembre de 2020, cuando se concreta la integración de IP Comunicación, con Josep Nieto como director y un equipo formado por Magdalena Baca, Mireia Arisa, Jaume Moreno y yo mismo, en la agencia presidida por Toni Rodríguez. La apuesta por nuevas dinámicas de crecimiento y el establecimiento de sinergias multiplicadoras de eficiencia y calidad, de la mano de la ilusión, dan comienzo a una nueva etapa que, no obstante, y desde una visión subjetiva, siento que no deja de estar marcada por cierta continuidad.
Porque hay un hilo conductor que enlaza el antes y el ahora: la pervivencia de algunos de los clientes que me han acompañado en este largo periodo, desde que a inicios de noviembre de 2007 —justo después de Todos los Santos— me incorporé a la agencia barcelonesa IP Comunicación, en aquella época liderada por su fundador y periodista Albert Bassols. El primer cliente que asumí fue la firma de servicios profesionales Bové Montero y Asociados, presidida por José María Bové. En diciembre de 2012 empecé a trabajar con Alhos Abogados, Economistas y Auditores, impulsada y dirigida por Josep Puigvert Ibars.
Ambas firmas —sin olvidar mi implicación con Gestora de Runes de la Construcció, otro cliente histórico de IP Comunicación— constituyen hitos de este continuo que ahora evoco y que, a modo de paisaje cercano y de confianza cultivada en el largo plazo, vertebra mi experiencia profesional en los últimos 18 años. Lo cierto es que, a día de hoy, Bové Montero y Asociados, Alhos Abogados, Economistas y Auditores y Gestora de Runes de la Construcció siguen acompañándonos en Intermèdia.
Instalado en esta suerte de intersección temporal con la que pienso el momento, admito que hacer balance conlleva el riesgo de ser demasiado selectivo, incluso de omisión. Será involuntaria, en todo caso.
En cualquier caso, da igual si se trata de colegios profesionales y gremios (Col·legi de Censors Jurats de Comptes de Catalunya; Colegio de Procuradores de Barcelona; Gremio de Constructores de Barcelona y Comarcas; Gremio de Garajes de Barcelona y Provincia; Colegio de Titulados Mercantiles y Empresariales de Barcelona) o de representantes del sector industrial (Soprema Iberia; Compact Habit). Es indistinto si hablamos de empresas, entidades y organizaciones vinculadas a la innovación, la investigación y el desarrollo en un sentido amplio (FI Group; CIMNE; ITeC; iMat) o si ponemos el foco en las finanzas cooperativas (Caja de Ingenieros). Es invariable si nos acercamos a los servicios jurídicos, tecnológicos o profesionales (Bellavista; PKF Audiec; CleverTask) o si nos centramos en el ámbito editorial (RBA). Incluso, es trivial si el énfasis recae en asociaciones y fundaciones de carácter diverso (Cercle d'Economia; Fundación de Oncología Infantil Enriqueta Villavecchia; MPS-Lisosomales España).
Visto en su globalidad se trata de un grupo diverso, sí, pero —insisto— da igual. Porque cada una de las organizaciones citadas presentan rasgos compartidos: he observado tenacidad, he captado profesionalidad que trasciende en sentido del deber. He percibido mirada hacia el futuro y voluntad de servicio, anhelo de dejar huella con independencia de las particularidades de su propia actividad. Son aspectos que acaban por impregnar toda la estructura y que se reflejan, más pronto o más tarde, en el día a día compartido.
Con un pequeño añadido, si me permitís. Porque hay otro factor que las une. Su sensibilidad hacia el hecho comunicativo. La conciencia de que la comunicación es un factor clave de proyección externa y de cohesión interna. Creo que hay que agradecerles su predisposición franca en este ámbito.
Esta mezcla heterogénea de nombres y sectores conforma el esqueleto que ha dado consistencia al tejido que delimita esta cronología. Algunos son clientes actuales, unos cuantos lo han sido. Otros, como decía, lo fueron y lo son.
Llegados a este punto, es el momento de la legítima celebración que conlleva todo aniversario. Son 35 años que beben de las aportaciones de todas las personas que han trabajado en la empresa y que se arraigan en una Barcelona que se quiere conectora de personas, promotora de actividades, impulsora de proyectos y sustanciadora de ambiciones a escala local e internacional.
Son 35 años que imaginan un futuro que no acudirá. Sino que habrá que construir. También comunicar. Ha sido, es y será un placer contribuir a ello.